Estamos pendientes: Julio César Turbay

30 de junio de 2009
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Estamos pendientes.
Por Julio César Turbay

¿Cómo les baila? Yo sé que llevo mucho tiempo sin dar señales de vida pero es que no quería parecer Lucas Ospina que es tan intenso que aparece hasta en la sopa. En la sopa de los que se la pasan en Internet, por supuesto, porque si se aparece en mi plato no sé qué haría, sobretodo si no tengo un garrote a la mano. Por acá las cosas no han estado tan tranquilas como me gustaría, llegó un montón de gente al mismo tiempo con cámaras fotográficas al cuello y caras de turistas, y luego se apareció un man que dijo ser Michael Jackson, cosa que me emputó muchísimo porque yo ya tenía boletas para el concierto en Londres. Ahora no sé qué voy a hacer.

En cambio, veo que por allá las cosas están buenísimas. Por ahí vi a Uribe visitando al presidente gringo, eso no me gusta, en mi época los presidentes gringos iban a Colombia y no al contrario, además uno no va dando la mano y tomándose fotos con cualquiera, menos si es un negro. Punto negativo para Álvaro. Y eso no es nada, también lo vi recibiendo un huevo de una vieja que ni idea, en mi época los presidentes no dejaban subir a nadie a la tarima, y mucho menos a una mujer. Otro punto negativo para Álvaro. Ya va siendo hora de que el presidente deje el poder, se nota que le quedó grande, al comienzo decían que a Uribe le cabía el país en la cabeza, pero está claro que no es así, a mí me cabía en la cabeza, pero es que en esos días el país era más pequeño y mi cabeza más grande.

Pero ese no es el motivo principal por el que les escribo. Hemos recibido muchas quejas de por qué esta prestigiosa publicación ha estado quieta y muy lenta, nos han llegado correos desobligantes y poco amables, por ejemplo, hace unos días llego uno diciendo que si no hacíamos un chiste burlándonos de la guerrilla nos iban a matar, al rato llego otro diciendo que si no hacíamos uno burlándonos de los paras nos iban a matar. Eso nos pareció muy bueno, al menos este país tiene sentido del humor. De todas formas no nos vamos a dejar amedrentar, por eso me mandaron acá, de carne de cañón. Inteligentísimos los de la casa editorial, claro, como al perro no lo capan dos veces.

En fin, lo único que puedo decirles es que se vienen cambios, bien sea que cerremos esto, cosa improbable, o que volvamos renovados y briosos, cosa igualmente improbable. Cualquier cosa que pase me aseguraré de avisarles. No los voy a dejar solos y espero ustedes tampoco me dejen solo. Yo no podré ser la mejor persona del mundo, pero los quiero mucho. Quedamos así, suerte y pulso, por favor le dicen a Belisario que por acá lo seguimos esperando. Nos vidrios y se cuidan.

P.D.: Por lo que más quieran, dejen de compararme con ese viejo cabrón de la película UP. Hasta ahí estuvo bueno el chiste, sean más originales y déjenme en paz, perros.